Peeling químico

El Peeling Químico Médico es tu aliado perfecto para recuperar la luminosidad de tu piel y deshacerte de imperfecciones como marcas de acné, manchas antiestéticas y arrugas finas.

Las preocupaciones por la falta de luminosidad y la apariencia opaca de la piel son comunes, al igual que las molestias causadas por el acné, los poros dilatados y las arrugas finas.

Afortunadamente, el Peeling Químico Médico es la solución que estabas buscando.

Este procedimiento consiste en la aplicación de una solución ácida sobre la piel, lo que provoca la exfoliación y renovación de las capas superficiales de la piel.

¿El resultado? Una piel más joven, luminosa y libre de imperfecciones.

Los agentes químicos más utilizados en el Peeling Químico Médico incluyen el ácido glicólico, salicílico, tricloroacético, mandélico y fenol.

La elección del tipo de peeling dependerá de tu tipo de piel y los objetivos de tu tratamiento.

El procedimiento comienza con una limpieza a fondo de la piel. Luego, se aplican los agentes químicos en las áreas deseadas, generalmente en el rostro, escote y manos.

Puede experimentarse una ligera sensación de ardor o picazón durante el tratamiento, seguido de un enrojecimiento inmediato de la piel y una posterior descamación en los días posteriores.

Los peelings químicos se dividen en tres categorías según su profundidad de acción:

Prácticamente cualquier persona que desee mejorar la textura y la luminosidad de su piel puede optar por un peeling químico médico.

También es eficaz en la corrección de marcas de acné, lesiones precancerosas, poros abiertos, manchas en la piel, envejecimiento cutáneo y más.

Antes de someterte a un peeling químico, es importante tener en cuenta ciertas contraindicaciones, como el embarazo, la lactancia y tratamientos previos con ácido retinoico, toxina botulínica o cirugía reciente.

También es crucial evitar la exposición solar excesiva antes y después del tratamiento.