Hilos tensores

Los hilos tensores se alzan como una solución revolucionaria en el mundo de la Medicina Estética. Estos hilos, conocidos cariñosamente como «hilos mágicos,» han recorrido un largo camino desde su introducción en la década de 1960, y hoy en día, son una de las opciones más demandadas para lograr un rejuvenecimiento facial no quirúrgico.

Los hilos tensores reabsorbibles, fabricados con materiales como la polidioxanona y el ácido poliláctico, desencadenan un proceso de formación de colágeno y fibrosis alrededor del hilo.

Este mecanismo es el responsable de los resultados que perduran meses después de la implantación. En esencia, estos hilos crean una estructura de soporte interna, lo que lleva a un efecto lifting y a la mejora de la firmeza de la piel.

El tratamiento con hilos tensores comienza con una evaluación exhaustiva por parte de un profesional médico. Los hilos tensores se introducen en la piel utilizando agujas guía o cánulas, lo que facilita su colocación.

La mayoría de las veces, este procedimiento es bien tolerado y no requiere anestesia. Sin embargo, para procedimientos de levantamiento más intensos, se puede optar por la anestesia local.

La cantidad y tipo de hilos utilizados dependerá de los objetivos del tratamiento y las necesidades de cada paciente. Para restaurar el volumen, se emplean hilos lisos de polidioxanona.

Por otro lado, para lograr un efecto de tensión más intenso, se recurre a hilos barbados que estimulan aún más la producción de colágeno.

Los hilos tensores ofrecen resultados casi instantáneos en términos de tensión de la piel, y estos efectos perduran durante aproximadamente 12 a 18 meses.

Además, estimulan la producción continua de colágeno, lo que brinda un efecto revitalizante a largo plazo.

Los hilos tensores son versátiles y se pueden utilizar para abordar una variedad de preocupaciones estéticas. Están especialmente indicados en áreas con flacidez cutánea leve a moderada, incluyendo:

Si bien los hilos tensores son seguros para la mayoría de las personas, hay algunas contraindicaciones importantes a considerar.

Están desaconsejados en pacientes diabéticos no controlados, aquellos que toman anticoagulantes, y personas con enfermedades autoinmunitarias. Además, las pieles muy gruesas pueden no ser candidatas ideales para este tratamiento.

En cuanto a los efectos secundarios, los más comunes incluyen dolor, hematomas y una leve sensación de tensión en la piel. En raras ocasiones, puede producirse una reacción a cuerpo extraño, lo que podría resultar en la expulsión del hilo.

Sin embargo, cualquier efecto no deseado generalmente se puede corregir sin comprometer los resultados finales.

Los hilos tensores pueden complementar otras técnicas de rejuvenecimiento facial, como la mesoterapia con vitaminas, peelings, microneedling, rellenos faciales con ácido hialurónico y toxina botulínica.

La elección de las terapias adecuadas se adapta a las necesidades específicas de cada paciente.